La explanada de los templos mayas de Chichén Itzá es un reconocido centro turísticoco por ofrecer su espectáculo del sol iluminando la serpiente emplumada Kukulcán en los equinoccios estacionales. Se llama La Gran bajada de Kukulcán.En el año 2008 amaneció nublado; pero el clamor a los dioses dio sus frutos (impresionante). Para comprender el emplazamiento del templo con respecto a la trayectoria solar, véase esta simulación virtual
Otro fenómeno lumínico del equinoccio de primavera nos lo ofrece la zona arqueológica de Dzibilchaltún, Yucatán (a 14 kilómetros de la Ciudad de Mérida) . Se aprecia el avance del amanecer hasta culminar cuando el sol atraviesa por el centro del Templo de las Siete Muñecas; emocionante disposición arquitectónica en armonía con el cosmos dentro del legado de los mayas. Nos hace reflexionar acerca de un ciclo nuevo que se renueva cada año.
En el Románico europeo, no son pocos los edificios religiosos que se construyeron orientando su cabecera sagrada hacia la salida del sol (Jesucristo es la Luz del Mundo). Pero la iglesia italiana de San Leonardo en Siponto (siglo XII) dio un paso más en la concepción espiritual de su arquitectura. Ofrece el baile del sol durante el soslsticio de verano en la cubierta de la nave principal, reflejándose la roseta de piedra en el propio suelo.
El científico Carl Sagan, en Cosmos ya nos indicó que los cielos son una metáfora sobre la etenidad. La salida del sol tras un eclipse anunciaba el deseo de eternidad (la luz vence a las tinieblas) y así lo ha visto el hombre levantando construcciones cósmicas para celebrar y venerar los cambios en el cielo de los cuales dependía su propia existencia como los templos hinduistas de Angkor Wat (Camboya) o los solsticios que se pueden admirar en Stonehenge, o incluso en la camara funeraria de Abu Simbel. Véase su interpretación de esta relación hombre-cosmos