Los palacios a lo largo de la historia de las civilizaciones han sido microcosmos del poder político y económico así como escenarios de las diferentes etiquetas sociales y formas de entender el lujo, el recreo y la propia vida. Veamos los más representativos:
Las poderosas familias italianas materializan los fundamentos del Mundo Moderno en sus nuevas residencias. Florencia es el puntal del siglo XV con el palacio Medicci-Ricardi y otros renacentistas
En España, las monarquías autoritarias establecen la Corte en Madrid con una vieja sede de caza convertida ahora en residencia política: El Alcázar de Madrid bajo los Austrias
El Absolutismo francés abre una nueva página en la historia de la arquitectura civil. El punto de partida fue el palacete de un ministro de Luis XIV (Vaux-Le-Vicompte) que quiso eclipsar a la vieja residencia real. Pero el monarca puso de manifiesto en el terreno de las artes, que El Estado soy yo. Así nace Versalles: cumbre de la arquitectura palaciega en la Europa del XVII.
En el siglo XVIII numerosas monarquías europeas seguirían los postulados de Luis XIV y Versalles, levantando fastuosas residencias oficiales en otras capitales y ciudades de Europa. En España, La Granja de San Ildefonso fue concebida por los Borbones como un espacio de recreo y descanso al modo francés, rodeada la residencia por jardines y fuentes de gran belleza Pero también en Viena, Londres San Petersburgo, materializaron sus sueños de grandeza. Véase La fiebre palaciega del XVIII