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25 oct 2016

Pintores de la ESCUELA DEL RÍO HUDSON


El siglo XIX americano, inaugura su gran periodo artístico con la sugestiva Escuela del Río Hudson. Sus pintores hicieron del paisaje el auténtico protagonista del cuadro. Mucho se ha hablado de la influencia de los maestros paisajistas barrocos (el holandés Hobbema o el franco-italiano Claudio de Lorena) pero más importante es la influencia de los grandes escritores y pensadores americanos de la época - Ralph Waldo Emerson o Henry David Thoreau- con sus escritos donde proclaman la independencia cultural de los Estados Unidos con respecto a Europa. Unos y otros desearán -consciente o inconscientemente- encontrar en las grandiosas y monumentales escenas de la Naturaleza la representación ideal de la joven y nueva  Nación así como la imagen de la Paz duradera tras la batalla.
En relación a la influencia que los pintores de la Escuela del Río Hudson pudieron ejercer sobre el impresionismo francés, no es tan sencillo de demostrar aunque algunos, como Winslow Homer, se acercan al impresionismo incluso antes que Monet o Renoir lo hagan. Además, el paisajismo americano conlleva unas connotaciones políticas e incluso espirituales muy complejas que lo alejan del paisajismo francés. Éste es un asunto trivial, mientras que el paisajismo americano reivindica la naturaleza en estado puro, virgen como la nueva nación nortemericana, donde todo "está políticamente por hacer" y se ofrece como una nueva primavera de los pueblos, sin los  lastres legales, los abusos politicos o las injusticias del Viejo Continente. Un punto principal para conseguir esta unidad nacional pasaba por conseguir una sociedad, una cultura propia y nada mejor que echar una mirada histórica sobre los pobladores y escenarios del nuevo país.
El estilo de la escuela del río Hudson se caracteriza por pinturas cuidadosamente detalladas con iluminación romántica, casi brillante, a veces mal llamada Luminismo.

LOS CUATRO PROTAGONISTAS
Thomas Cole (1801-1858) 
conocido como el fundador de la Escuela, emigró con su familia desde Inglaterra a América siendo muy joven (17 años). Cole descubre la belleza del río Hudson en 1825, al llegar a Nueva York, y comienza a crear sus primeros bocetos al aire libre. Aquí pinta algunas de sus obras más famosas, como su serie The falls of Kaaterskill (1826) de las que ofrecemos dos lienzos (arriba y abajo).  Su gran amor por el paisaje americano se desarrolla en realidad cuando regresa del Viejo Continente (Italia) donde ha percibido un paisaje frío y desolado. 

















Fotografía del entorno paisajístico que tanto admiró Thomas Cole. 

Hogar en el bosque (1847) es otra de sus obras más conocidas. Cole ejecuta este paisaje el año anterior a su desaparición. Muchos otros pintores posteriores imitarán esta perfecta composición porque inspira calma, paz y  los colores son juiciosamente seleccionados (contrastes entre fríos y calientes). En primer plano, un pescador regresa a la casa. La escena no es banal sino que evoca la felicidad de la familia. La casa, con la falda del bosque, se encuentra en la orilla de un lago. Los elementos del paisaje, árboles, acantilados, montañas, nubes, rodean y protegen esta casa-hogar. El paisaje es imponente. La luz de bajo ángulo procede de un sol poniente que ilumina las aguas del lago, el barco y sobre todo la casa, donde destacan la familia y los niños. El espectador se siente inmediatamente atraído por la casa y por el lago pues ambos se sitúan en un punto de vista relativamente bajo.
El cielo y el agua ocupan el 50% del espacio pictórico. La naturaleza, la otra mitad, mediante una diagonal ascendente.Es importante observar varios detalles como la mujer, los hijos y la abuela (tres generaciones) que esperan al pescador que regresa con algo para comer. Estos troncos rotos en el primer plano son los restos de una tala en curso. Le dan profundidad de campo a la pintura. Gracias a las proporciones de los hombres y los animales, el espectador se da cuenta de la inmensidad del paisaje.
Para ver las partes y análisis de este cuadro, o los animales  pincha aquí y utiliza el zoom


Al final de su vida se establece en los Catskills, donde pinta la serie The voyage of the life (Nacimiento, infancia, juventud, madurez y vejez).
The voyage of the life (Manhood)
Reproducimos  El viaje de la vida (La Madurez) aunque para toda la obra pictórica de Cole tienes otros enlaces
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Albert Bierstadt (1830-1902) emigró siendo un niño de corta edad, con su familia alemana a New Bedford (Massachusetts). En 1853 volvió a Düsseldorf para estudiar en su academia y viajaría por Alemania, Italia y Suiza. Es uno de los primeros pintores en representar la grandiosidad del Oeste Americano, destacando sus vistas del Parque Yosemite, el valle del río Kern o las White Mountains. Considerado como el pintor épico del Gran Oeste americano
Debajo, vistas de Sierra Nevada en California
Ruta de Oregón 1863
Bierstadt se enroló desde 1859 en una expedición estatal que deseaba abrir una nueva ruta hacia el Pacífico. Nadie como él pintó las majestuosas Rocosas, "los Alpes americanos". Formó parte de otras rutas en la expansión hacia el Oeste y conocío Yellowstone y Yosemite. Retrató la aventura de los colonos y al mismo tiempo realizó fotografías de la vida de los indios de la pradera americana.  
En este sentido, sus cuadros se convierten en un periodismo de aventura geográfica en primera línea. Supo captar el lado salvaje y virgen de los grandes paisajes de la nación norteamericana (Lago Tahoe, Bahía de Hudson, Las Montañas Rocosas..) tan importantes para las bases del proyecto patriótico y nacionalista del siglo XIX americano.    

Yosemite
Lander´s Peak
Los últimos búfalos 1888




Chimney Rock y campamento Sioux en Foreground 1860


      
Mostramos ejemplos de la serie lumínica sobre El valle Yosemite (debajo a la derecha) así como otra obra de la etapa Ruta o Camino a Oregón.Las grandes dimensiones de sus lienzos paisajísticos, su verosimilitud, es una característica peculiar de su quehacer artístico. Tomaba apuntes del natural y precisamente ésto, le separa de otros paisajistas americanos. La razón de estas majestuosas panorámicas estriba en la oportunidad que tuvo Bierstadt de unirse a un equipo de topógrafos estatales que le llevaron, como dijimos anteriormente, por nuevos territorios inexplorados y grandiosos que ya estaban formando parte de los nacientes Estados Unidos de América en los mapas cartográficos y en el trazado del ferrocarril a San Francisco.

En los años ochenta, recorrería altas latitudes, llevando al lienzo  bellos parajes de sus exploracionesremotas. Hablamos de Yellowstone en 1881 y de Las Rocosas canadienses (h.1889). Sin embargo, al final de su vida, su pintura cayó en el olvido por su teatralidad. Llegaban los impresionistas americanos, más novedosos y modernos para la clientela americana
Puesta de sol en Yosemite
Ruta de Oregón

Ofrecemos toda la galería pictórica de Bierstadt  pincha aquí

Asher Brown Durand (1796-1886) se introduce en el paisaje tras conocer las obras de Thomas Cole. Más romántico y menos fiel a la realidad que Cole, sus obras tienen influencias de maestros como Hobbema o Claudio de Lorena. Es creador de obras tan célebres como El hayedo (The beeches 1845) con evidentes reminiscencias de Claudio de Lorena en el manejo de la luz (foto inferior) y su famoso lienzo Kindred Spirits (Espíritus afines) 
 

Observa la pintura superior (Espíritus afines). Hay dos hombres en lo alto de unas rocas, contemplando un fantástico valle fluvial salpicado de rocas, arbustos y saltos de agua. En primer plano, un majestuoso árbol abraza la escena, como dando cobijo a los dos hombres que dominan el paisaje. Al fondo, dos elementos claramente simbólicos -la cascada y el águila- remarcan una vertical imaginaria que divide y organiza la composición. Todo está en paz, todo es perfecto dentro de la grandiosidad de la Naturaleza. La pintura descrita se ha convertido para muchos, en la obra emblemática de la Escuela del Río Hudson.

Above the clouds and sunrise. 1849


Frederic Edwin Church (1826-1900) es discípulo y admirador de Thomas Cole, a quien dedica muchas de sus obras. Church representa la culminación de la Escuela del río Hudson: posee el amor por el paisaje de Cole, el lirismo romántico de Durand y la grandilocuencia de Bierstadt, siendo más valiente y técnicamente más dotado que cualquiera de ellos. Sin duda es de uno de los mejores paisajistas de todos los tiempos, tal vez sólo superado por Turner y algunos impresionistas y postimpresionistas de primera linea como Monet o Cézanne. Poco a poco el paisaje americano se le queda corto a Church, y pinta obras maestras exóticas de Sudamérica (Cotopaxi, Chimborazo) Europa o Jordania. El onírico Above the clouds at sunrise (1849) es una de sus obras más conocidas.

Aurora Borealis 1865
En su viaje por regiones septentrionales de América, F.E. Church amó la belleza de los amenazantes icebergs, flotando sobre las masas marinas (El iceberg. Pittsburg, 1891)
Otro cuadro famoso es su Aurora borealis (1865) que destaca por su composición cromática de las altas latitudes canadienses: la atmósfera polar se viste de las tonalidades que le proporciona el fenómeno  de las moléculas de gas en interacción con el viento solar.  Pincha aquí e interactúa sobre la imagen.  
La última obra que incluimos en este repertorio es  Río de luz. Church difiere de su maestro Cole, en su tratamiento científico de la naturaleza. Estudiaba los efectos lumínicos con precisión fotográfica. Se puede analizar el cuadro desde el punto de vista de composición, color, división, líneas, detalles, etc  pincha aquí.

Para otras obras de Church pincha aquí


En una segunda fila podemos situar a otros maestros como Sandford Robinson Gifford (1823-1880), John Frederick Kensett (1816-1872), gran marinista y retratista del Monte Washington, William Trost Richards (1833-1905), Worthington Whittredge (1820-1910),que viajó con Bierstadt a la Academia de Düsseldorff, Jasper Francis Cropsey (1823-1900) o al también pintor de paisajes exóticos Martin Jonson Heade (1819-1904).

CONTEXTO HISTÓRICO DE ESTOS PINTORES: SOCIEDAD EN LA AMÉRICA DEL XIX

La acotación temporal abarcaría desde la década de 1830 hasta el cambio de siglo. Siendo más concretos, podemos hablar del periodo 1840-1880, en pleno siglo XIX americano. Los Estados Unidos son aún una nación joven, en pleno desarrollo pues los futuros estado del Oeste americano no se habían consolidado. El país sufre entre 1861 y 1865 una Guerra Civil -la Guerra de la Secesión- que pone en peligro su unidad y las bases mismas de su existencia. Escritores como Emerson, Thoreau o Walt Whitman hicieron especial hincapié en el anhelo de independizar la cultura norteamericana, lo que traducido a la Escuela del Río Hudson significa elegir siempre el paisaje propio americano. Tampoco se debe obviar  la vital importancia que la religión tenía en la sociedad y el Arte americano del XIX-XX  

NATURALEZA COMO OBRA DIVINA / EL MAGNETISMO DE LO SALVAJE 
La escuela del río Hudson considera que "el auténtico campo del Arte del paisaje es la obra de Dios en la Creación, independiente de la mano del hombre"(paisaje artificial europeo)
Asher Brown Durand dice: “La belleza original nunca será tan bella como la inducida"
Los grandes paisajistas del XIX americano, ven en la grandiosidad de la naturaleza la mano inconfundible de la divinidad.
El magnetismo de lo salvaje, es la iconografía de todos los lienzos de esta Escuela. "La vida consiste en lo salvaje. Lo más vivo es lo salvaje. Aquello que todavía no ha sido sometido por el hombre, aquello cuya presencia nos renueva" (Henry David Thoreau, Walking, 1862)
Bierstadt. Lago Tahoe.
El recurso de representar la naturaleza grandiosamente virgen, no es creación de la Escuela del río Hudson. Puestos a buscar un origen, debíamos encontrarlo en el temprano romanticismo europeo, donde pintores como el alemán Caspar David Friedrich emplearon el sobrecogedor contraste entre la inmensidad de la naturaleza y la insignificancia del ser humano como individuo ( El monje frente al mar, El coracero en el bosque.). Pero en el caso americano se añadía el hecho de que gran parte de ese espacio natural estaba en aquella época todavía inexplorado. De hecho, la casi totalidad de lo que hoy es Canadá estaba cubierto de millones de metros cuadrados de bosques de coníferas en los que el hombre blanco todavía no tenía más información que las terribles leyendas indias sobre los espíritus que habitaban estas vastas tierras, como sugestivamente narra Algernon Balckwood en "El Mendigo" y recoge Bierstadt en su Lago Tahoe (ver imagen superior). 
El habitante original de estas "tierras salvajes" era -por supuesto- el indio americano. En palabras del propio Thoreau, "los indios. vivían libres y sin obligaciones en la naturaleza. Son sus habitantes, no sus huéspedes, y poseen su gracia y sencillez. Pero el hombre civilizado tiene los hábitos en su casa. Y su casa es su prisión". Así pues, el modo de vida del indio americano, viviendo en armonía con el entorno natural, se convertirá en tema recurrente para los paisajistas americanos, especialmente Albert Bierstadt o Ralph Albert Blakelock. Pero incluso en pinturas de esta temática, el ser humano, el indio americano, no parece el motivo principal de la composición, sino como un elemento más dentro de la grandiosidad de la naturaleza circundante.

El bellísimo valle fluvial del Río Hudson no fue el único paisaje natural protagonista en los pintores de la Escuela. Numerosos pintores de la segunda generación se dedicaron con éxito a la representación de marinas, retratando magistralmente las costas de Connecticut o New Hampshire. Destacamos a marinistas tan importantes como Fitz Hugh Lane o el propio John F. Kensett. En las marinas de Fitz Hugh Lane (Paisaje de Gloucester arriba) las luces se diluyen, los reflejos marinos tienen la sutileza del nácar;  el mar en calma armoniza con el faenar de sus marineros. En definitiva, un modelo pictórico para el reposo del espíritu (ver más cuadros

Mar en calma en Halfway Rock (derecha)



 Pero la verdadera Meca de este paisajismo, allí donde el paisaje americano se exhibía en su máximo esplendor, era el Oeste americano. La expansión de los colonos hacia el Pacífico mostró al mundo, de la  mano de Albert Bierstadt. Herman Herzog o Thomas Hill, la belleza de aquellos efímeros territorios vírgenes.

FUENTES:
Elaboración propia
http://www.painting-analysis.com/
http://www.theartwolf.com/hudson_river_school_es.htm